El Vuelo a vela es un deporte basado en la capacidad de mantenerse volando en un velero (planeador) en el que aprovechamos la aerodinámica del avión y las corrientes ascendentes de aire que se generan en la atmósfera.
Como los veleros no tienen motor, deben ser remolcados por una avioneta hasta una cierta altura (normalmente, unos 500 m.). A partir de ese momento el velero queda libre y es el piloto el que lo hace subir, controla sus desplazamientos y lo aterriza contando con su propia habilidad y los recursos atmosféricos.
Básicamente hay tres formes de ganar altura (o mantenerla) volando con planeadores:
Vuelo de ladera: Este tipo de vuelo consiste en aprovechar la corriente ascendente producida al chocar el aire con la ladera de una montaña y verse obligado a subir para superarla.
Para este tipo de vuelo es necesario que haya viento y que se encare a la montaña. Prácticamente funciona durante todo el año. En nuestro aeródromo lo practicamos en el Puig Aguilera.
Vuelo de térmica: Se aprovechan las corrientes ascendentes de aire generadas al calentarse el suelo a causa de la radiación solar. Son típicas las térmicas en primavera y verano. Estas corrientes de aire ascendentes suelen acabar formando una nube.
Vuelo de onda: Vuelo típico del invierno donde se aprovecha el rebote del viento (que ha de ser muy fuerte) en grandes montañas (por ejemplo, Los Pirineos). En este tipo de vuelos se alcanzan las alturas más impresionantes (En nuestro Club se han llegado a superar los 6.000 m.)
Competición:
El vuelo a vela, como cualquier deporte, tiene también su vertiente competitiva. Las competiciones de vuelo a vela suelen efectuarse durante unos días, donde se realiza una prueba diaria. Normalmente, las pruebas son de velocidad. Se prefijan unos puntos por donde deben pasar los pilotos y gana el que hace el recorrido en el menor tiempo. Un ejemplo podría ser una prueba del Campeonato de Catalunya: Salir del aeródromo de Igualada, ir a Berga, pasar por Solsona, i volver a Igualada. (aprox., 150 Km.)